sábado, agosto 26, 2006

PRACTICANDO EN LAS GRANDES LIGAS

La estudiante que llegó primero a CNN que a su graduación.

Para Maritza no hizo falta tener título para conseguir un sueño. El optimismo, más que su tema para un informe especial fue lo que la llevó a realizar prácticas de periodismo en CNN.

Maritza Aristizabal regresó al país, venida desde Atlanta, luego de estar cuatro meses como practicante en la cadena noticiosa CNN en Español. Una estudiante de periodismo cumplió el sueño de muchos que hace años recibieron el título.

Proveniente de Medellín, Maritza se inscribió a la Facultad de Comunicación de la Universidad Externado de Colombia en 2002 y cuatro años después consiguió, sin más ayuda que la de sus ganas, realizar su práctica profesional en la cadena de noticias de habla hispana más reconocida a nivel internacional.

De la mano de su colega y compatriota Luis Carlos Vélez, recordado por su trabajo en Citynoticias, ahora director de la división económica de la cadena, Maritza inició como “buscadora de información” para el programa En Efectivo, presentado y coproducido por Gabriela Frías.

Gracias a sus habilidades consiguió abrirse camino y escaló hasta llegar a ser asistente de producción de los dos programas de la franja económica. En sus épocas de estudiante ella siempre dijo : “nunca cubriría ni económicas, ni farándula, ni deportes”, no se imaginaba que los movimientos de la bolsa de valores y los indicadores económicos significarían su lanzamiento internacional.

Pero llegar a CNN no fue sólo resultado de las constantes llamadas a la coordinadora de prácticas en Atlanta, Maritza inició su carrera profesional cuando estaba en tercer semestre, consiguiendo algo que para el momento y sus conocidos parecía imposible, entrevistar a Andrés Pastrana Arango, Presidente de la época.

El amor que había despertado por el periodismo se acrecentó al trabajar voluntariamente por un año en Noticias Uno. Pasó entonces a Telepaís, motivada por firmar su primer contrato laboral, aguantó seis meses, porque producir ocho notas televisivas diariamente, con temas tan intensos como la Presidencia y el proceso de paz la estaban sobrecargando de trabajo.

Expresar su opinión es fundamental para esta comunicadora, desde sus inicios buscó conseguir la credibilidad y el respaldo que le permitieran alzar su voz sobre las demás, lo consiguió en los noticieros nacionales y en los internacionales obtuvo tal confianza que su nombre figuraba más en los créditos que el de sus jefes.

Maritza no puede quedarse quieta, mientras continuaba su formación profesional volvió a contactarse con un ex-compañero de Noticias Uno, quien la llevó a trabajar al Partido Liberal. Aquí se alejó de la reportería y se dedicó a lo corporativo. Manejó la imagen y la prensa del directorio liberal, cuando todavía estaba formado por diez miembros, luego, con la presidencia única, César Gaviria fue su prioridad.

Entonces llegaría uno de sus trabajos más satisfactorios, ser editora general de “La Calle Joven”, periódico financiado por el partido pero desligado de los campos políticos. Allí tenía el poder para decidir qué publicar y qué no, para construir lo que ella llama “su propio periódico”.

El optimismo ha acompañado a esta periodista toda la vida. En su momento fue tema para que realizara un informe especial, pero en el día a día, es lo que la ha llevado a conseguir todas sus metas, porque no ha abandonado ninguna por el camino. Pese a las dificultades siempre ha visto el lado bueno de su profesión.

Ha decidido tomarse un mes sabático, si es que las propuestas que empezó a recibir tan pronto regresó al país no se concretan antes, porque si toca trabajar desde ya no hay nada que pensar.

Actualmente Maritza ejerce sin un título, porque apenas está terminando su tesis de grado que propone a la información como un arma de guerra al ser manipulada por los grupos armados, llámense ejército, guerrilla o paramilitares. Cree que terminará en 20 días, sólo espera que el trabajo le dé tiempo, porque graduarse es lo único que le falta por conseguir.

Ella está acostumbrada al trajín de las noticias. En CNN tenía un horario oficial de ocho horas, pero llegaba una hora antes y salía hasta que terminara con las notas sobre su escritorio. Probablemente eso fue lo que hizo que su trabajo sobresaliera, porque, si bien reconoce que todos sus compañeros de práctica eran tan buenos como ella, cree que no basta con ser bueno sino con dejar marca, y la despedida y la oferta de quedarse que le hicieron es prueba de que lo consiguió.

Como buena reportera ha pasado por todos los medios, la televisión le ha dado mayor reconocimiento, la prensa la ha obligado a ser certera en sus apariciones, pero la radio fue la que la obligó a agudizar sus sentidos y estar atenta en todo momento, por la agilidad que ésta implica, lección que aprendió de su profesor Jorge Consuegra mientras trabajaba en la Radiodifusora Nacional.
Volvió para quedarse, obtener el acta de grado es su prioridad, pero dentro de su maleta hay mucho más que la tesis esperando por ella. Como estudiante ya realizó prácticas en las grandes ligas y anotó más de un punto, no falta mucho para que veamos hasta dónde llega como profesional.

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LA MARATÓN - Encontrar un famoso entre 41.000 personas

La Media Maratón de Bogotá no sólo fue un evento deportivo, en ella la farándula tuvo su propia carrera.


Es sólo una maratón, muchos atletas estarán presentes, muchos más que no son atletas también asistirán, y en medio de 41.000 corredores estarán aquellos a quienes siguen las cámaras.

En la Plaza de Bolívar, punto de partida de la carrera, no se veía ni sombra ni destello de ellos. Algunos decían que llevaban camiseta azul, otros naranja, pero no había equipos azules ni naranja, excepto los de la revista Plan B, aunque ninguno tenía pinta de estar faranduleando.

Partió la carrera de los 21 kilómetros, ojalá no se hayan ido, ojalá y no tengan tan buen estado físico para poder alcanzarlos mientras corren. Seguimos al pelotón que no pararía hasta el Parque Simón Bolívar. Nada, no quieren figurar.


El tapete que marcaba la salida estaba a quince metros de la esquina de la Carrera Séptima con Avenida Jiménez, pasaba un mar de gente pero ninguna sirena televisiva entre ellos. Y entonces, de la nada, como si nos hubiera estado siguiendo, el primero de los atletas de la pantalla nacional.

Pirry, ¿cómo te preparaste para la carrera? Me fui de fiesta anoche. Trasnochado y enguayabado Pirry salió corriendo con gafas de sol y botella de agua en mano.

Va uno, al menos uno de los tantos que se suponía correrían. Estar parado en medio de la pista no es buena idea, sobre todo cuando se alista el segundo pelotón. El coordinador de logística de la competencia creía estar sacándonos de la carrera, pero no, todo lo contrario, nos hizo el favor de dejarnos entrar a la zona VIP (de personas muy importantes).

Ante mis ojos, y los de cuatro o cinco periodistas más, algunos de los personajes nacionales aparecían con sudadera y tenis, estirando los músculos para correr diez kilómetros.

Doctora, para el registro, nombre completo: María Consuelo Araújo Castro. ¿Cómo ve la carrera? Emocionante, como una oportunidad para integrar a Bogotá, como una celebración a la vida. ¿Cómo se preparó para la Maratón? Corriendo. ¿Desde cuándo? Yo corrí el año pasado la Maratón y todo el año he corrido periódicamente. ¿Va por la carrera de los diez kilómetros? Voy por los diez y espero terminar y mejorar el tiempo del año pasado. ¿Cuál fue? Una hora diez minutos. ¿Y éste año espera? Espero menos.

“Vengan, por qué no entrevistan a Ronald McDonall, va a correr”, vestido de payaso, con peluca roja para que no se confunda entre la multitud. ¿Por qué va a correr? Lo importante para nosotros está en participar en una competencia tan importante a nivel Colombia y a nivel mundial, pero para nosotros lo significativo es participar activamente por el proyecto “Go Active” internacional. ¿Cómo se preparó? El año pasado me empecé a preparar corriendo los diez kilómetros, éste año vamos a ver hasta dónde llego, me he preparado mucho. ¿En qué puesto quedó la vez pasada? Como de veinte mil en la general, pero fui primero en mi categoría (léase payasos corredores con zapatos talla 63).

“Ahí está Vladimir Flórez, él también es famoso”, Vladdo ¿por qué va a participar? Por culipronto. Hace dos semanas me llamaron y me preguntaron si quería correr y yo irresponsablemente dije que sí. ¿Se alcanzó a preparar en dos semanas? No, no mucho, la verdad estoy acá por algo recreativo y vamos a ver qué puedo hacer, pero no prometo mucho. ¿Espera terminar la carrera? Me gustaría llegar, así sea caminando, porque el ejercicio del dibujo si es muy distinto a esto, se ejercita más la cabeza y la mano que las piernas. ¿La competencia podría darle ideas para sus próximas caricaturas? Espero poder inspirarme mientras corro.

Lo próximo que vimos de ellos y el resto de famosos que no alcanzamos fue su alineación en el tapete de salida, allí, con sus sonrisas alegraron a los espectadores, no importa si llegaron, al menos sabemos que corrieron.




LA MEDIA QUE SE CONVIRTIÓ EN UNA
41.000 en busca del podio

El pasado domingo se celebró la séptima versión de la Media Maratón de Bogotá. Más de 44.000 atletas recorrieron la ciudad. Tanzania se llevó el título pero Colombia ganó en participación.

Organizada por la Federación Colombiana de Atletismo, el domingo 30 de julio se llevó a cabo la séptima entrega de la Media Maratón de Bogotá, competencia atlética que cada año toma más fuerza a nivel internacional. En ésta oportunidad, el tanzanio Fabiano Joseph, se colgó la banda del primer lugar al recorrer en poco más de una hora los 21 kilómetros a través de la ciudad.

Según el reporte oficial de la Federación, 41.000 corredores participaron en el evento. La cuota extranjera fue superó la de años anteriores, con atletas de nivel profesional venidos de lugares tan disímiles como Argentina, Jamaica, la tradicional Kenia o la misma Tanzania. Para algunos ésta era su primera competencia en nuestra ciudad, para otros, como el ganador del año anterior, James Kwambai, quien ocupó el segundo lugar, era recoger lo que habían sembrado el año anterior.

Pero entre los miles de competidores, el alto nivel y la preparación profesional en el campo era la excepción. La gran masa que se desplazó desde la Avenida Jiménez hasta el Parque Simón Bolívar estaba conformada por hombres y mujeres del común: ingenieros, abogados, secretarias y hasta payasos. El entusiasmo fue lo que los llevó a terminar la competencia.

Todos podemos llegar

Don Rodrigo es un hombre de cincuenta y cinco años, pero va por su quinta medalla. Así como él, muchos otros han participado en las últimas maratones y llevan en sus cuellos las condecoraciones que lo confirman. Los que no las tienen, intentan conseguir la primera para colgarla junto a los diplomas de universidad.

Todo tipo de persona fue recibida en la competencia. Se diseñaron categorías que abarcaron desde abierta, entre 19 y 39 años, hasta la plus para mayores de 50, incluso los minusválidos tuvieron su propia carrera. Gordos y flacos, altos y bajos, todos tuvieron un número en sus camisetas que aseguraban su participación.


¿Por qué correr?

Las razones para inscribirse en la carrera fueron tan diversas como los mismos participantes. Encabezan quienes se preocupaban por el título y tenían opción para conseguirlo, seguidos de todos los que preferían hacer deporte sólo hasta dónde su capacidad física les permitiera. La canciller Ma. Consuelo Araujo corría por salud y para romper su propia marca de una hora diez minutos el año anterior.

Sin embargo, algunos corrían por quienes no pueden hacerlo, ejemplo de ello es el equipo organizado por la revista Plan B, que entre su nómina incluía a personalidades nacionales como Vladdo, Lucas Jaramillo y Ana Katalina Torres. Un caricaturista, un futbolista y una presentadora de farándula, junto a otros como ellos, alcanzarían la meta para recaudar fondos destinados a la construcción de casas para los beneficiarios de la fundación “Un techo para mi país”.

Similar propósito tenía el grupo de Go Active liderado por Ronald McDonall, quien con su colorido traje amarillo, cabello rojo y zapatos número sesenta y tres estaba dispuesto a atravesar la ciudad para incentivar la actividad física y una dieta balanceada manteniendo el equilibrio entre salud y estado físico.

En sus marcas, listos, fuera.

Con las campanas de la Catedral Primada partiría a las diez de la mañana el grupo de maratonistas que se enfrentaban a los veintiún kilómetros. La avalancha de gente parecía no tener fin. Pero una hora después, una nueva oleada sedienta de pavimento desfiló por la carrera séptima, aclamada por el público que gritaba desde las barreras, diez kilómetros serían su objetivo.

Desde el primero hasta el último de los maratonistas el ánimo era el mismo al atravesar el tapete que marcaba la salida, la adrenalina los invadía y los hacía correr: tanto entrenamiento, dieta balanceada y apoyo tecnológico debían verse reflejados. Por fin se dio la largada, el ganador estaba casi que cantado pero todos corrían por el mérito de llegar.

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LO QUE NO DIJO URIBE

Lo que se esperaba que dijera pero que prefirió callar

El discurso de posesión del mandatario abarcó grandes temas de la actualidad nacional; sin embargo, algunos asuntos, como el TLC o los paramilitares quedaron en el tintero, bien por estrategia o bien por evitar revuelo.

El pasado siete de agosto juró como primer Presidente reelecto por voto popular en Colombia, el Dr. Álvaro Uribe Vélez. El acto tuvo lugar en el Salón Elíptico del Congreso de la República, pasadas las tres de la tarde, dónde la presidenta de éste organismo, Dilian Francisca Toro, impuso la banda y dio pié a la alocución presidencial.

Un discurso que le tomaría 56 minutos en leer es hoy motivo de aclamaciones y críticas por parte de los bandos políticos nacionales. Unos lo felicitan por haber guardado silencio sobre ciertos temas mientras otros le reclaman claridad sobre el destino nacional.

Para un primer reelegido, una primera presidenta. Una mujer tomó juramento a un Presidente, rompiendo con la racha histórica, y por ende, ella fue la primera homenajeada : “El juramento que acabo de prestar, que por primera vez en la historia de esta Nación lo recibe una distinguida mujer, digna representante de su tierra vallecaucana...”

El derrotero de la tarde fue la seguridad democrática, porque, como lo diría Uribe, “la seguridad nos ha permitido ganar confianza en la democracia y perder temor a la violencia”, pero algunos párrafos más tarde también hablaría del miedo.

Habló de paz y del temor que le produce no conseguirla, aún cuando se sacrifique la seguridad. Fue tajante sobre su negociación sólo en el marco de un cese de hostilidades o “hasta tanto haya un cambio radical en el comportamiento de esta guerrilla”.

Pasó por la libertad de prensa, el referendo del 2003 y la inversión como base del crecimiento, luego frenó en seco en su idealista Estado comunitario, para el cual necesita el apoyo y comprensión de todos los colombianos.

Planteó la superación de la pobreza y la mejor distribución de los recursos como fines de su gobierno, además de mencionar algunos de los programas que puso en marcha durante su primer periodo.

Sus detractores tomaron atenta nota cuando dijo: “nuestra agenda de reformas económicas es consistente con la confianza inversionista, el crecimiento de la economía y la financiación de metas sociales”, pero se quedaron con el título en las agendas, porque el señor Presidente prefirió ser austero en palabras y no referirse a la reforma tributaria por venir.

Se pronunció sobre el Estado comunitario idealizado por él desde el 2002. Hizo un llamado a los industriales y les aclaró que el Estado es promotor del empresario pero no empresario, aunque no dijo más. Dejó a la fábrica esperando por engranajes.

Dentro de lo poco que sí dejó claro es que impulsará los impuestos para fortalecer económicamente el país y también que encabezará reformas sociales y económicas pensando en la participación del pueblo.

“Vamos a construir una Nación en armonía, con rectitud, próspera y justa. Lo haremos apasionadamente, con vigor, para que las nuevas generaciones vivan felices en este noble suelo”. Cerró el discurso, los aplausos resonaron en la cúpula del salón pero aún así algunos se preguntaron ?dónde quedó el TLC?

El discurso de posesión, escrito personalmente por el mandatario, fue un vistazo global a la situación del país, sin embargo, obvió temas de alto interés para la nación, como los tratados comerciales internacionales, la reforma tributaria o el paramilitarismo en Colombia.

Es comprensible que el gobernante prefiera actuar que contar, sin embargo, es tradición que quien se posesiona habla sobre aquello que pueda ser más neurálgico durante su gestión venidera.

Uribe se posesionó, dijo lo que debía decir y se calló lo que no quería tratar, bien haya sido por estrategia o por evitar revuelo, los colombianos tendremos que esperar a ver cómo nuestro Presidente mueve las fichas de la nación y confiar en que en cuatro años, con el discurso de despedida, se hable de lo divino y lo humano.

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LA DICHA DEL SOLDADO VALE U$46

En un tiempo récord de seis meses, el equipo de trabajo de la película Soñar no cuesta nada dejó claro que en Colombia se puede hacer buen cine.

La historia, basada en hechos reales, es bien conocida: el grupo contraguerrilla Destroyer, en una misión en el Coreguaje colombiano, sucedida en 2003, encuentra una caleta con 46 millones de dólares en un campamento guerrillero. Abandonados en la selva por los altos mandos militares, mientras las provisiones escasean ellos prefieren cargar dólares que agua en sus cantimploras.

Los medios ya han hecho suficiente publicidad, no sólo porque RCN fue uno de los patrocinadores, sino porque la última semana se dictó sentencia contra los soldados implicados.

Pero el mérito del largometraje no radica en documentar paso a paso los hechos sucedidos, si bien da una mirada muy general sobre lo que en muchos casos fue verdad, en otros, prima el interés del director Rodrigo Triana, por contar buena historia aprovechando la variedad de recursos fílmicos.

Una mujer viaja con su hija en chiva hasta un pueblo del Caquetá, desde allí inician un recorrido tan arriesgado como inexplicable. Ese es el hilo conductor que utiliza Triana para contarnos la historia.

Aunque en principio la película se aleja de la viajera y se concentra en la persecución guerrillera y el descubrimiento de las canecas millonarias, es ella la que nos cuenta la historia a partir de una carta que su esposo, el soldado Porras, le ha enviado.

La emotiva presentación de la caída de un puente sobre el río Caquetá marca el inicio de la desesperanza de la tropa; sufriendo de paludismo y diarrea nunca se imaginaron que la enfermedad los haría millonarios.

Luego de encontrar el dinero y ser evacuados de la selva el cambio es la constante. De soldados asustados por una requisa a dandys vestidos por uno de los más reconocidos diseñadores masculinos del país, para terminar como prisioneros de la Policía Militar.

Esas transformaciones que sufren los personajes se ven igualmente reflejadas en la fotografía que los enmarca. El verde camuflado queda atrás, junto a la recurrente imagen de la serpiente al acecho, para darle paso a una taberna en la cual Dayana aparece cada noche para ser el sueño y convertirse en la pesadilla del pelotón.

Así mismo, la música marca los puntos neurálgicos de la trama. Aparece Dayana cantando y bailando, en la jungla es más importante el radio que la plata, luego, al dejar la selva, una voz nos recuerda que “la guerra ha terminado”, sin dejar de lado el vallenato y la fusión que se escuchan mientras los hombres se transforman.

La suma que Triana hizo de los recursos fue certera, no se pasó, no quiso dinamitar más de lo que hacía falta, no hubo sangre. Los personajes le permitieron desarrollar su idea, aunque todos muy similares, Porras no era un ladrón y su honestidad fue reiterativa, él, como yo, disfrutamos sólo con ver la sonrisa de los soldados en cumplimiento de una misión.

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